Yo corría a toda prisa, por mi falta de paciencia, hacia el futuro de la vida.
Él regresaba de éste, dirección al pasado, porque se había dejado un recuerdo perdido y no quería seguir adelante sin él.
Nos encontramos a medio camino, en el presente, y nos mezclamos. Del mismo modo que se han fusionado en esta imagen esos edificios y la chica haciendo fotos. Quizá ella con su cámara pretendía hacer eterno ese momento, inmortalizarlo.
Ojalá nosotros lo hubiéramos conseguido, pero qué va. Entre él y yo desapareció el presente y cada uno siguió su camino, hacia el pasado y hacia el futuro, respectivamente.
Ya no hay tiempo ni lugar para nuestra historia.
Sabor a cítrico 
Me encanta «Nos encontramos a medio camino, en el presente, y nos mezclamos». Muy bueno ^^
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¡Muchas gracias! Me alegra que te guste 🙂
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Hay tres capas en esta entrada: la realidad, el reflejo y la literatura que la envuelve. Y añadiría una más, la mirada personal del que la contempla. Si es importante lo que quiso decir quién la hizo, tú, no lo es menos lo que le trasmitió al que la contempla, yo. Un cruce de caminos, el presente, y dos direcciones opuestas, pero a veces las cosas no son lo que parecen. Lo que sí sé es que ese presente, de realidad y reflejo, es mucho mejor así que por separado. Siempre es un placer acudir a este rincón, y poder pensar en historias que se ven, y las que se sienten.
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Pues aquí hay con comentario maravilloso -como todos los que haces- describiendo a la perfección la fotografía y el texto. ¡Muchísimas gracias, Fer! No sé cómo lo haces pero siempre encuentras palabras diferentes, aquí o allá, para reflexionar sobre lo que ves.
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